Décarbonation de l’industrie : les étapes vers la neutralité carbone

Descarbonización
de la industria:

el proyecto Pycasso como última etapa

El empeoramiento del efecto invernadero obliga a la adopción de medidas radicales para responder a los objetivos ecológicos y energéticos comunes. Los agentes del sector secundario desempeñan un papel decisivo para cumplirlos mediante una descarbonización industrial máxima de la totalidad de su ciclo de producción.

Una parte de la descarbonización ya es controlada por los industriales

La industria francesa está enormemente implicada en la implantación de métodos de descarbonización de sus actividades. Actualmente interviene mediante la aplicación de tres importantes criterios:

  • La eficiencia energética, gracias a la modernización de sus equipos que generan una reducción del consumo de combustibles en la producción;
  • La incorporación de las energías descarbonizadas y renovables que sustituyen a las energías fósiles mediante el uso de unas soluciones alternativas menos contaminantes (biometano, hidrógeno, energía eólica, solar, etc.);
  • La modificación de los procedimientos de producción para alcanzar una sobriedad carbono.

No obstante, estas soluciones eficientes tienen sus límites y los industriales se enfrentan a la incapacidad de acabar con un porcentaje de CO2 residual. El GIEC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), la Agencia Internacional de la Energía o incluso la ADEME, recomiendan la captura ante este problema de gestión del carbono incompresible.

La captura de CO2, instrumento definitivo para alcanzar la neutralidad de carbono

Por consiguiente, los residuos incompresibles son el problema dominante en el proceso de descarbonización de la industria. La captura se presenta como una solución viable de recuperación del dióxido de carbono emitido por los humos industriales. La técnica, probada y aprobada por su eficacia, consiste en un lavado de los gases/humos expulsados por las chimeneas, que contempla el aislamiento/la separación entre el CO2 y el nitrógeno al atrapar sus moléculas con el fin de evitar su liberación a la atmósfera. Una vez concentrado, este CO2 se somete a una destilación criogénica para licuarlo y purificarlo en un 99,9 %.

Una vez finalizado el procedimiento de captura, el CO2 debe ser transportado a su lugar de valorización o de almacenamiento en unas condiciones seguras. Al tratarse de una iniciativa CCUS (Captura, Utilización y Almacenamiento del Carbono), este método permite descarbonizar las actividades industriales que producen importantes emisiones y participar en el logro de la neutralidad de carbono.

Las previsiones estiman la posibilidad
de capturar entre 4 y 8,5 MtCO2/año para 2030
en el medio industrial francés,
y entre 15 y 20 MtCO2/año en 2050.

Preguntas frecuentes sobre la descarbonización de la industria

Son numerosos los países implicados en la lucha contra el calentamiento global y comprometidos a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), de conformidad con los términos del Acuerdo de París. Desde un punto de vista nacional, la política climática y energética francesa ha adoptado la ley Energía-Clima, que especifica las obligaciones que permiten mejorar el balance de carbono del país y alcanzar la neutralidad. El sector industrial es fundamental para el proceso y su transición afecta a toda la población, ya sea a nivel ambiental como económico.

La descarbonización, o decarbonisation en inglés, reúne el conjunto de las técnicas que contribuyen a reducir las emisiones de dióxido de carbono en un territorio, en un sector de actividad, en una empresa o a nivel individual. A nivel industrial, el Estado se sirve de la implantación de una estrategia nacional, que contempla la intervención en uno de los polos más contaminantes en lo que respecta a los GIE (gases de efecto invernadero). Esta estrategia define un marco de actuación y la adopción de medidas para alcanzar un objetivo común mediante la optimización de los recursos y de las soluciones en cada etapa del ciclo de producción.

El sector secundario ya está implicado en el proceso de descarbonización de sus actividades, pero al final de la cadena de producción se enfrenta a una parte de CO2 incompresible.  Por consiguiente, el primer objetivo pretendido por la industria es proseguir y perpetuar las acciones controladas con el fin de optimizar la eficiencia de las instalaciones y reducir su consumo energético de combustibles. El segundo se centra en la sustitución de energías fósiles tales como el carbón, por energías renovables (combustibles derivados de la biomasa, energía eólica, hidrógeno, etc.). El tercer objetivo es la transformación de los procedimientos de fabricación con el fin de reducir los residuos de dióxido y la huella de carbono. Finalmente, el último se centra en la captura y el almacenamiento sostenible del CO2 residual.