Décarbonation de l’industrie : les étapes vers la neutralité carbone

Cadena CCUS:

impulsor clave de la Estrategia Nacional Baja en Carbono (SNBC, por sus siglas en francés)

La descarbonización industrial recurre a diversos procedimientos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos procedimientos son eficientes en varias etapas del ciclo de producción gracias a una optimización de las instalaciones, de los procesos de fabricación y del consumo energético. No obstante, una parte del CO2 residual subsiste durante la evacuación de los humos. Es en esta última fase cuando la cadena CCUS entra en acción para participar en el logro de la neutralidad de carbono.

La CCUS como estrategia nacional francesa

El Estado francés reconoce la importancia de la implantación de la cadena CCUS en la lucha contra el cambio climático y defiende su puesta en marcha a escala industrial. A largo plazo, contempla el desarrollo de la capacidad de almacenamiento en el territorio nacional, como alternativa a los traslados a los emplazamientos offshore del mar del Norte y del Mediterráneo.

Definición de la CCUS

Las tecnologías CCUS (Captura, Utilización y Almacenamiento del Carbono, o captura, transporte, valorización y almacenamiento del CO2 en francés) se inscriben como una solución necesaria para la reducción de las emisiones de GEI con el objetivo de respetar los compromisos formulados por el Acuerdo de París.

Contemplan la eliminación exclusiva del carbono residual y, por tanto, intervienen al final del ciclo industrial, una vez aplicadas las medidas de descarbonización. Así pues, la captura y el secuestro del CO2 se presentan como complementarias a las acciones de eficiencia energética, en el ámbito de un mismo plan de neutralidad de carbono.

Consulte el sitio web pedagógico “CCUS Objetivo Cero CO2“ desarrollado por Teréga, para familiarizarse con todos los aspectos de la cadena de valor:

Consulte el sitio web pedagógico “CCUS Objetivo Cero CO2“ desarrollado por Teréga, para familiarizarse con todos los aspectos de la cadena de valor:

La trayectoria de implantación establecida por la Estrategia nacional CCUS define tres importantes fases entre 2025 y 2050.

Las primeras implantaciones a nivel industrial están planificadas que tengan lugar entre 2025 y 2030, con el fin de mantener los plazos establecidos por la UE que contemplan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. A continuación, se desarrollarán los hubs CCUS en las zonas industriales-portuarias más activas de los litorales franceses con el objetivo de trasladar el CO2 a los lugares de almacenamiento en el mar.

Entre 2030 y 2040, tras su estudio, los yacimientos geológicos del territorio que puedan aspirar al secuestro seguro del CO2 serán explotados con miras a lograr un Estado soberano.

Por último, el procedimiento de captura se extenderá a otras actividades y emisores secundarios industriales con el fin de ampliar la red nacional y europea CCUS.

Las etapas de la cadena CCUS

La captura del dióxido de carbono residual

La captura consiste en la extracción de CO2 residual presente en las emanaciones de una planta industrial que ya haya explotado todas las soluciones de descarbonización de las que dispone, y luego concentrarlo. De este modo, el dióxido de carbono queda aislado de otras moléculas químicas con el objetivo de purificarlo, deshidratarlo y nuevamente transformarlo en estado comprimido o líquido, antes de su transporte.

Se emplean diversas tecnologías para proceder a la captura de CO2. La poscombustión es la más utilizada y tiene lugar en la salida de las chimeneas de evacuación de los humos.

El transporte del CO2 purificado.

Puede llevarse a cabo con la ayuda de varios recursos logísticos (canalizaciones, camiones, barcos, etc.). Etapa decisiva del plan CCUS, el transporte del CO2 capturado (desde el lugar emisor al lugar de utilización o de almacenamiento marítimo o terrestre) se realiza con total seguridad.

La valorización del dióxido de carbono capturado

El CO2 procedente de la captura puede ser objeto de una amplia variedad de usos. Como materia prima, contribuye a la fabricación de combustibles sostenibles, conocidos también como e-combustibles, de plásticos o de materiales de construcción más ecológicos. Sirve también para la criogenia alimentaria o para el tratamiento del agua.
Además, la combinación de CO2 e hidrógeno permite valorizarlo como combustibles tales como el metano o el metanol. La aviación y el transporte marítimo tienen especial interés por la producción de combustibles sostenibles.

El almacenamiento del CO2

Existen dos métodos que permiten almacenarlo en el subsuelo. En el mar (offshore), los acuíferos salinos profundos compuestos por rocas porosas y permeables ofrecen un importante volumen receptor. En tierra, se trata principalmente de yacimientos agotados (de antiguos lugares que albergaban gas o petróleo, actualmente vacíos), que pueden recibir millones de toneladas de CO2 capturadas con total seguridad y con carácter permanente. En Francia, se han identificado formaciones geológicas que poseen las características necesarias para la inyección y el secuestro del CO2 que han sido objeto de estudios en profundidad para certificar la viabilidad del proyecto. Esta opción de almacenamiento nacional permitiría reducir considerablemente los costes de las empresas industriales y ganar en competitividad.

Peguntas frecuentes sobre la cadena CCUS

Reúne las tecnologías de captura, transporte, almacenamiento y utilización del carbono residual de las industrias (Carbon Capture, Utilisation and Storage), una vez implantadas todas las medidas de descarbonización aplicadas en el ciclo de producción.

Su papel se inscribe en las iniciativas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GIE). El GIEC, la ADEME y la Agencia Internacional de la Energía promueven el tratamiento de los residuos de CO2 incompresibles emitidos por la industria. Responde a las exigencias de la Estrategia nacional baja en carbono y a las del Pacto Verde Europeo.

La implantación de la cadena CCUS es un instrumento de salvaguarda de la industria francesa y de sus puestos de trabajo, así como una solución necesaria para su transición. Ofrece una alternativa de transporte y de almacenamiento del CO2 en los territorios que reúnen a los grandes agentes industriales, permite una reducción masiva de los costes y mejora su competitividad.